En el ciclo Flamenco en la Plaza Alta, que está organizado por la Asociación de Arte Flamenco de Badajoz con el patrocinio del Excmo. Ayuntamiento de Badajoz, sus organizadores vienen apostando mayoritariamente por los cantaores extremeños, dejando una parcela importante a aquellos que de alguna forma recrearon y dieron grandeza a los cantes extremeños.
Los cantaores y cantes extremeños son los protagonistas del ciclo Flamenco en la Plaza Alta, y su cuarta edición se desarrollo de febrero a noviembre de 2012 con seis recitales en las antiguas Casas Consistoriales.
Una de sus programaciones contó con el cante de Ramón Suárez Salazar, cantaor gitano, más conocido con el nombre artístico de RAMÓN EL PORTUGUÉS, el cual vio la luz en Mérida (Badajoz) en el año 1946, hijo del "Musiquina" y de la hermana de Porrina de Badajoz "La Maca", criado junto a Porrina Hijo en la Plaza Alta .
Cuando su tío Porrina de Badajoz triunfaba en Madrid, le llamó, contaba Ramón con doce años, tras llegar a la capital su tío lo llevo al tablao donde trabajaba y lo saco a cantar, haciendose Ramón un hueco en el mismo; Ramón desde niño ha cantado en tablaos y fiestas privadas "Venía la policía y yo dejaba el cante y me tenía que hacer pasar por botones, porque era muy de noche para un niño" a partir de entonces se desarrolla su carrera, prácticamente en Madrid, en tablaos como Las Cuevas de Nemesio, cuando este tablao atravesaba sus años dorados, en Los Canasteros, Café de Chinitas, Torres Bermejas..., donde presto su voz al baile de figuras como Mario Maya o El Güito y trabajo con artistas como Camarón, El Turronero o Paco Cepero. Hasta los años 70 se dedicó casi exclusivamente a acompañar al baile, comenzando tras esos años de magisterio del cante atrás su carrera en solitario, sin renunciar a su trabajo en los tablaos.
Unos problemas de salud lo mantuvieron un tiempo apartado del cante, “Llevo tres o cuatro años deambulando sin saber qué me pasaba, eso me desconcertaba, estaba melancólico, había perdido el rumbo del cante y no cogía ni la guitarra. Ahora que ya sé qué me pasa y que tiene una solución me han entrado unas ganas tremendas de cantar”, hoy día posee un grado de serenidad y madurez artística que hacen que su arte, dotado de gusto y dulzura toque el corazón de los buenos aficionados.
Ramón El Portugués es uno de los grandes cantaores que ha dado Extremadura y asimismo es un pilar sobre los que se basa el cante extremeño y aunque domina todos los palos, su manera personal de interpretar el cante ha hecho que logre recrear el cante por tangos y jaleos extremeños dotando los mismos con nuevas variantes y estilos. Pocos saben que su manera de cantar influyó en Camarón, pero cierto es que existe una manera de cantar del de la Isla, antes de conocer a Ramón y otra muy distinta después, e incluso analizando los melos de Camarón se observan las formas de Ramón "Éramos uña y carne, dos fuentes con la misma agua, pero él mejoró lo que yo hacía".
Referente a la influencia de Ramón el Portugués sobre Camarón preguntamos al buen amigo y sobretodo gran aficionado José Manuel Gamboa ya que mantuvo una estrecha relación con Ramón cuando tocaba y acompañaba en el tablao Silverio; y entre otros muchos motivos porque ha escrito obras magnificas sobre Camarón de la Isla, conoce de primera mano el mundo del flamenco en Madrid y entrevistó en radio en varias ocasiones a Ramón, al cual preguntó por esa relación con el de la Isla.
La respuesta que refirió Gamboa, no solo refrenda la influencia que poseía Camarón del extremeño, también expone que fue mutua entre ambos artistas -Soy un enamorado del cante de Ramón, a quien quiero muchísimo y es una de las personas que mejor se han portado conmigo y más me ayudaron cuando yo era un jovencito tocaor en el Café de Silverio –hace 30 años; allí acompañaba habitualmente a su hermano Guadiana. Conseguí en 1999 editar todas sus grabaciones en Philips –empezando por la inicial donde le apodaban Ramón de Badajoz, antes de que Antonio Arenas tuviese el desacierto de cambiarle el nombre artístico. Siempre lo he defendido, porque he tenido la suerte de escucharle muchísimas veces en reunión, y otras tantas en los escenarios, y su cante te llega al alma, porque, como Camarón hacía, se entrega y lo da todo, recuerdo una entrevista que le hicimos en la radio, y hablando de su influencia sobre Camarón, sin negarla, concluyó: "Sí, puede que José haya cogido algunas cosas de mí, pero yo soy un cubo de agua y Camarón era una fuente”. Camarón aprendió de Ramón, totalmente. Me refiero, más que nada, a esos giros melódicos y esa forma de quejar la voz característica que, conjuntamente con los giros de Las Grecas, descubre Camarón en Madrid y los hace suyos. Así ha evolucionado el flamenco toda la vida. Sólo hay que escuchar el cante de José con Antonio Arenas y lo que hace después para comprobar la evolución. De esto hablamos con el propio Camarón y nunca lo ocultó, como tampoco Ramón: lo que ocurre es que Ramón no es un sinlachón, es un gitano de ley que no va roneando por ahí, y, además las influencias luego van en sentido inverso, que después será Camarón quien influya a Ramón.
La respuesta que refirió Gamboa, no solo refrenda la influencia que poseía Camarón del extremeño, también expone que fue mutua entre ambos artistas -Soy un enamorado del cante de Ramón, a quien quiero muchísimo y es una de las personas que mejor se han portado conmigo y más me ayudaron cuando yo era un jovencito tocaor en el Café de Silverio –hace 30 años; allí acompañaba habitualmente a su hermano Guadiana. Conseguí en 1999 editar todas sus grabaciones en Philips –empezando por la inicial donde le apodaban Ramón de Badajoz, antes de que Antonio Arenas tuviese el desacierto de cambiarle el nombre artístico. Siempre lo he defendido, porque he tenido la suerte de escucharle muchísimas veces en reunión, y otras tantas en los escenarios, y su cante te llega al alma, porque, como Camarón hacía, se entrega y lo da todo, recuerdo una entrevista que le hicimos en la radio, y hablando de su influencia sobre Camarón, sin negarla, concluyó: "Sí, puede que José haya cogido algunas cosas de mí, pero yo soy un cubo de agua y Camarón era una fuente”. Camarón aprendió de Ramón, totalmente. Me refiero, más que nada, a esos giros melódicos y esa forma de quejar la voz característica que, conjuntamente con los giros de Las Grecas, descubre Camarón en Madrid y los hace suyos. Así ha evolucionado el flamenco toda la vida. Sólo hay que escuchar el cante de José con Antonio Arenas y lo que hace después para comprobar la evolución. De esto hablamos con el propio Camarón y nunca lo ocultó, como tampoco Ramón: lo que ocurre es que Ramón no es un sinlachón, es un gitano de ley que no va roneando por ahí, y, además las influencias luego van en sentido inverso, que después será Camarón quien influya a Ramón.
2012. Ramón El Portugués con las guitarras de Miguel Vargas y Juan vargas
Extraído del ciclo Flamenco en la Plaza Alta.
Remasterización Perico de la Paula.
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